Llevo tiempo pensándolo y no llego a una solución que me deje medianamente tranquila. De entre la cantidad incontable de cosas y personas que nos rodean, existe una parte sobre la que no tenemos la menor idea de qué hacer.
Ropa vieja, apuntes, libretas con solo tres páginas escritas; cd's que no nos gustan (quizá nunca nos gustaron), libros que no leímos y que al final decidimos no leer. Álbumes de fotos con momentos que ya no nos causan la misma euforia o notas de papel, recuerdos que cualquier otra persona desecharía.
Y en esas estamos, con una carga física y no física a las espaldas. Pensando, valorando, decidiendo. Me quedo con esto, desecho lo otro. ¿Lo echaré de menos? ¿Lo echaré en falta? ¿Lo necesitaré?
En esas, las personas se convierten en siluetas, los hormigueos en el estómago lo dejan vacío y se vuelven fantasmas; los hechos, tornan en recuerdos. Las historias pasan a ser mitos, leyendas o, en el peor de los casos, pesadillas. Lo estudiado se olvida y los apuntes se reciclan. Con la ropa se hacen trapos y la comida o va a la basura o se mete en un "tupper".
Y aquí seguimos, una vez más. Intentando encajar el vaivén de las cosas. Intentamos comprender por qué de los que éramos tantos, ahora somos los que estamos; por qué donde había elocuencia ahora se abre un desierto de mutismo y por qué en una cama donde antes había calorcito ahora sólo cabe pena.
¿Qué hacemos con todo esto?
Ropa vieja, apuntes, libretas con solo tres páginas escritas; cd's que no nos gustan (quizá nunca nos gustaron), libros que no leímos y que al final decidimos no leer. Álbumes de fotos con momentos que ya no nos causan la misma euforia o notas de papel, recuerdos que cualquier otra persona desecharía.
Y en esas estamos, con una carga física y no física a las espaldas. Pensando, valorando, decidiendo. Me quedo con esto, desecho lo otro. ¿Lo echaré de menos? ¿Lo echaré en falta? ¿Lo necesitaré?
En esas, las personas se convierten en siluetas, los hormigueos en el estómago lo dejan vacío y se vuelven fantasmas; los hechos, tornan en recuerdos. Las historias pasan a ser mitos, leyendas o, en el peor de los casos, pesadillas. Lo estudiado se olvida y los apuntes se reciclan. Con la ropa se hacen trapos y la comida o va a la basura o se mete en un "tupper".
Y aquí seguimos, una vez más. Intentando encajar el vaivén de las cosas. Intentamos comprender por qué de los que éramos tantos, ahora somos los que estamos; por qué donde había elocuencia ahora se abre un desierto de mutismo y por qué en una cama donde antes había calorcito ahora sólo cabe pena.
¿Qué hacemos con todo esto?
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