Y es que después de mucho quejarnos, nos encontramos con la verificación de nuestras sospechas.
Por desgracia, y con mucha, mucha pena. Pena por haberle cogido rabia a un sitio que no es malo, pero donde no se vive bien. Y por haberle cobrado al todo los fallos de las partes cotidianas. Una pena, pero creo que las cosas me quedarán más claras cuando ya no esté aquí.
http://www.elpais.com/articulo/internacional/populismo/alza/brazo/Italia/elpepiint/20080504elpepiint_1/Tes
domingo, 4 de mayo de 2008
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