jueves, 28 de agosto de 2008

ETERNA SENSACIÓN DE STAND BY

Es agosto. Es que los sentidos están dormidos. Solo se quedan libres el oído y la vista. El gusto, sobre todo en el desayuno. El olfato, cuando sopla la brisa del Atlántico.
Es que hace una tarde preciosa, y que yo tengo un dolor de cabeza fuerte. La paciencia rota y el estómago tenso.
Me gustaría estar fuera, en una terraza. Pero las opciones están limitadas. No puedo mantener una conversación con más de una persona. Tampoco puedo escuchar música -la cabeza-, ni ver la tele -no la soporto-.
Es la sensación de estancamiento, de no ir para adelante, pero tampoco para detrás. Un cúmulo de experiencias nuevas, pero al fin y al cabo, la misma vida, el mismo lugar, las mismas personas y los mismos deseos. Deseo.
Estamos todos felices, porque nos va bien. Contentos, por el ayer, por el mañana. Encantados de ser quien somos, de conocernos. Y a mi viene y se me planta la sensación del eterno bloqueo. De que tampoco las cosas han cambiado mucho. Y no es que quiera que las cosas cambien, me gustan. Pero hay ciertos sucesos que me hacen sentirme más viva, y me faltan. Nos dirigimos a una vida prehecha, que sí, muy bonita. Tendremos hijos o nos enamoraremos. Pero la sensación de ahora, esa del stand by no sé si se irá para no volver o vendrá a visitarme algún día más.

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